La saliva es un fluido orgánico
complejo producido por las glándulas salivales en la cavidad bucal, y
directamente involucrada en la primera fase de la digestión.
Se estima que la boca está humedecida por la producción de entre 1 y 1.5
litros de saliva al día, durante la vida de una persona se generan unos 34.000
litros. Esta cantidad de saliva es variable ya que va disminuyendo conforme
avanzan los años y debido a diferentes tratamientos.
La producción de saliva está relacionada con el ciclo circadiano, de tal
manera que por la noche se segrega una mínima cantidad de saliva.
La saliva es segregada por las glándulas salivares mayores parótida y
submaxilar (80%- 90%)) en condiciones estimuladas, mientras que las glándulas
sublinguales producen solo el 5% del total. Las glándulas menores son
responsables basicamente de la secreción en reposo y contribuyen al 5% al 10%
del total de saliva secretada.
La disminución patológica de saliva recibe el nombre de hiposalivación o
hiposialia, mientras que la sensación de sequedad bucal se denomina xerostomía,
y la producción excesiva, sialorrea.
La medición de la producción de la saliva se llama sialometría.
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